jueves, 28 de marzo de 2013

Mitología de Nïlam: dioses nïkdros



Además de venerar a Änrak y Velvil, a los que consideran padres de los nïkdros, rinden culto a cuatro dioses:
- Ignaaril (Representación del fuego): Representa la fuerza, la gran llama, es el que controla la personalidad, poseer menos fuego en su interior, significa ser más oscuro. Toda vida posee un fuego en su interior y este determina como es o será una persona (nïkdro).
La gran llama, señor del fuego, se cree que era de un tamaño descomunal, pero que fue menguando a lo largo de su vida.

 - Deera (Representación del agua): Representa la calma, el mar, los lagos, los ríos, que transportan vida y  paz. Es el elemento que mueve al mundo a través de sus aguas. El destino, el camino de la propia vida corre a través de este elemento.
La dama del agua, las escrituras dicen de ella que era muy hermosa. Su cuerpo era todo agua, por el que transcurrían grandes corrientes.
- Vindahak (Representación del viento): Representa el presagio ,el espacio, el tiempo que vuela, que se respira en el aire, el cual transporta el elemento que permite la vida, y el cual la quita por el mismo precio, envejeciéndola.
El tornado, se cree que cuando se enfadaba descargaba grandes cantidades de relámpagos.
- Garilea (Representación de la tierra): Representa la sabiduría, la naturaleza, las plantas, la curación, la vida, la propia tierra. Elemento que hace crecer la vida en el mundo, y que también es capaz de quitarla cuando llega el momento.
 Hecha de barro, sobre el cual crecían la hierba y las flores.
 Todos estos elementos están unidos entre sí, gracias a ellos es posible la vida. Ninguno es superior a otro, todos forman los pilares del mundo y por ello se les debe respetar. Se les ofrecen ofrendas en sus respectivos templos, los cuales suelen asentarse alrededor los grandes poblados nïkdros.

Hogares de culto:

El templo de Ignaaril se halla en las altas cordilleras del norte de Trïm, a través de un paso que entra en el interior de la montaña. Se trata de un pueblo asentado alrededor de esta, la cual posee una gran cueva que les permite entrar en el templo, el cual se cree que Ignaaril eligió para descansar.
El templo de Deera se encuentra debajo del mar. El poblado se asenta en la costa oeste de Kijanïm, aunque el templo se halla dentro de una cueva submarina. Para adentrarse en él se ha de dominar el buceo, por eso los profetas de agua instruyen a sus alumnos para poder llegar. Cuando llega el momento de otorgar el grado de profeta, se ha de adentrar en la cueva. Si el alumno muere ahogado, es porque Deera lo ha querido así, pues es el destino. Es el lugar que Deera eligió para descansar.
El templo de Vindahak está situado al sur de Kijanïm, en una gran pradera. Se trata de un pueblo asentado alrededor de una gran roca sobre la que se erige el gran templo. Se requieren dotes de escalador para poder llegar, pues la roca fue una gran montaña en su pasado, que se ha ido erosionando a través del tiempo, la cual no debe ser tocada, sino respetada. Se cree que en el corazón de esa roca descansa Vindahak. La zona es atacada por grandes vientos nocturnos. Los nïkdros de la zona saben como vivir allí, más cualquier otra especie tendría problemas para poder aguantar por aquel lugar..
El templo de Garilea se encuentra en el corazón del bosque de Trïm. Se sitúa debajo del gran árbol del pueblo, hogar del maestro de la tierra. Los nïkdros mantienen que fue el lugar de origen de la vida y, por ello, mantienen que fue donde también descansa Garilea.

Profetas:

Realmente no proclaman. Son maestros, sabios. En su mayoría, dominan las aldeas. Existen varios tipos de profeta o samahak, partiendo desde el simple chamán, hasta el gran maestro, el cual cuida su templo correspondiente. En cada templo, se instruyen los candidatos para que lleguen a dominar las correspondientes artes que cada elemento enseña. 
El profeta del fuego es un maestro en la organización e, incluso, en la guerra. 
El profeta del agua domina el agua y su transmutación (creación de ungüentos). 
El profeta del viento estudia el cielo, las constelaciones, el porvenir, los astros, las aves. Son los eruditos del conocimiento. 
Los profetas de la tierra son curanderos, alquimistas de perfumes y medicinas. Estudian la vida y su crecimiento. Normalmente, suelen estar rodeados de vegetación. 
En cada aldea, o pueblo debe haber al menos un profeta de cada tipo, menos el maestro, que debe encontrarse en su respectivo pueblo. Muchos son los que parten hacia esos templos para alcanzar la sabiduría y poder regresar a su aldea convertido en un verdadero profeta. 
Los samahak pueden casarse y tener hijos aunque sus descendientes no están obligados a convertirse en profetas como sus progenitores.

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